Introducción: el fútbol como metáfora de liderazgo
El fútbol, además de ser un espectáculo deportivo global, ha demostrado ser un espejo de la sociedad y una escuela de vida. Para Jorge Valdano, exfutbolista, campeón del mundo en 1986, entrenador, directivo del Real Madrid y filósofo del deporte, el fútbol ofrece enseñanzas poderosas para comprender la complejidad del liderazgo. Su obra Los 11 poderes del líder (Valdano, 2013) es una reflexión profunda sobre los valores que necesita un líder en tiempos de incertidumbre, velocidad y crisis de sentido.
Valdano plantea que el liderazgo eficaz no se construye a partir del autoritarismo ni del control técnico, sino desde la humanidad, la autenticidad y la capacidad de inspirar a otros. A través de su experiencia en vestuarios, oficinas, medios y campos de juego, propone once "poderes" que un buen líder debe cultivar y ejercer con ética, humildad y convicción.
1. El poder de la credibilidad
La base del liderazgo es la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. La credibilidad no se compra ni se impone: se gana con el tiempo y puede perderse en segundos. Según Valdano, “la credibilidad es la consecuencia y la recompensa de una trayectoria impecable desde una perspectiva ética” (2013, p. 24). El líder creíble no solo sabe, también actúa con justicia, reconoce errores y respeta a las personas. No lidera con miedo ni manipula con resultados: inspira con integridad.
2. El poder de la esperanza
Un líder debe saber generar ilusión, ofrecer un propósito y contagiar energía hacia el futuro. Valdano cita el poema “Ítaca” para explicar que no se trata solo de llegar a la meta, sino de darle sentido al viaje (2013, p. 45). En contextos adversos, como lo hizo Marcello Lippi con la selección italiana en 2006, transformar la crisis en oportunidad puede encender la motivación colectiva. La esperanza moviliza el esfuerzo hacia un propósito común.
3. El poder de la pasión
La pasión es el combustible emocional que activa el compromiso y la entrega. Un equipo sin pasión es solo un grupo de personas cumpliendo tareas. Valdano explica que la pasión es contagiosa: “sin pasión no hay energía; sin energía no hay rendimiento” (2013, p. 65). El líder apasionado no actúa desde la frialdad del cálculo, sino desde el deseo genuino de mejorar, aprender y trascender. Motiva porque cree.
4. El poder del estilo
El estilo es la manera única en que un líder se expresa, toma decisiones y se relaciona. No hay fórmulas únicas para liderar, pero sí hay algo indispensable: autenticidad. Valdano lo afirma con claridad: “la autenticidad es el único común denominador entre líderes exitosos muy distintos entre sí” (2013, p. 20). El estilo no es apariencia ni marketing, es identidad. Liderar con estilo es liderar con personalidad.
5. El poder de la palabra
Las palabras pueden destruir o construir. En un mundo hipercomunicado, el líder debe ser consciente del poder de su discurso. Según Valdano, “un equipo es un estado de ánimo”, y ese ánimo se influye con palabras que inspiran, corrigen, reconocen o proponen (2013, p. 15). Como César Luis Menotti, que transformó el miedo en orgullo, el líder que domina la palabra puede dar sentido, dirección y confianza a su equipo.
6. El poder de la curiosidad
Liderar también es aprender. El líder curioso se reinventa, pregunta, se adapta. En un entorno de cambio acelerado, la curiosidad es una ventaja competitiva. Valdano explica que “el conocimiento aplicado a cualquier empresa humana se mueve a escala planetaria”, por eso hay que mantener “la mente abierta” (2013, p. 14). Un líder que no se actualiza queda obsoleto; uno que explora nuevas posibilidades mantiene al equipo vivo.
7. El poder de la humildad
La humildad no es debilidad, es fortaleza emocional. Es saber escuchar, aceptar errores y poner al grupo por encima del ego. Valdano afirma que “cuando todo debe sostenerse en las normas y la disciplina, es porque ese equipo merece un dictador” (2013, p. 19). El líder humilde no se impone, se gana el respeto. Y lidera mejor porque conoce sus límites y reconoce el talento ajeno.
8. El poder del talento
El líder eficaz no acapara el protagonismo, sino que lo reparte. Detecta, desarrolla y activa el talento de los demás. Para Valdano, el talento no es solo técnico: también es emocional, ético y relacional. Saber colocarlo al servicio del equipo es clave. “El talento tiene un valor si está al servicio de un plan colectivo” (2013, p. 133). El líder no brilla solo: hace brillar.
9. El poder del vestuario
Toda organización tiene un "vestuario": un espacio íntimo donde se construye confianza o se alimenta la desconfianza. El clima emocional de ese espacio impacta directamente en el rendimiento. Valdano señala que “hasta el 30% de los resultados de un equipo se explican por el clima de compromiso” y que “el estilo del líder explica entre el 50 y 70% de ese clima” (2013, p. 15). El equipo no solo se gestiona: se cultiva.
10. El poder de la simplicidad
En tiempos complejos, la simplicidad es revolucionaria. No se trata de simplificar lo complejo, sino de encontrar claridad en lo esencial. Valdano propone liderar con sentido común, lenguaje directo y objetivos claros. “La simplicidad tiene que ver con la inteligencia emocional”, señala (2013, p. 159). El líder que simplifica ayuda a otros a comprender, decidir y actuar.
11. El poder del éxito
El éxito verdadero no se mide solo en resultados, sino en el impacto que deja. Valdano distingue entre el éxito a cualquier precio y el éxito con dignidad. “Ganar también debe ser un triunfo moral”, escribe (2013, p. 29). El líder íntegro no solo logra metas, sino que deja huella. Si el proceso destruye a las personas, el éxito no vale. Como dice Valdano, “el líder que me interesa es el que hace mejor al otro” (2013, p. 21).
Conclusión: liderazgo para tiempos complejos
Los 11 poderes del líder de Jorge Valdano es mucho más que un manual de gestión deportiva. Es una brújula ética y emocional para cualquier persona que aspire a liderar con conciencia, compromiso y visión humana. En un mundo donde el liderazgo suele confundirse con dominación o eficacia sin escrúpulos, Valdano nos recuerda que la grandeza se alcanza desde la humildad, la palabra justa y la coherencia ética.
Su propuesta resuena tanto en una cancha de fútbol como en una sala de clases, una oficina o una comunidad. Porque como él mismo escribe: “No hay obra que merezca la pena si su base se construye sobre la infelicidad, el miedo o la denigración de las personas” (Valdano, 2013, p. 21).
Referencia bibliográfica
Valdano, J. (2013). Los 11 poderes del líder: El fútbol como escuela de vida. Conecta.
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