jueves, 19 de junio de 2025

Pensar la Psicología: Hacia una Ciencia Integral del Comportamiento Humano

 


A lo largo de la historia, la psicología ha estado marcada por tensiones epistemológicas entre diversas escuelas y enfoques. Desde los primeros intentos introspectivos hasta el rigor del conductismo, pasando por las revoluciones cognitivas y las aportaciones de las neurociencias contemporáneas, cada corriente ha ofrecido herramientas útiles, pero también ha sido limitada por sus propios marcos de referencia. En su obra Pensar la psicología, Castor Méndez Paz propone una reflexión crítica e integradora sobre este recorrido, apelando a una psicología que asuma la complejidad de su objeto de estudio sin caer en reduccionismos ni eclecticismos arbitrarios.

La mente: entre el cerebro, el cuerpo y la cultura

Uno de los puntos más destacados del libro es la necesidad de comprender el comportamiento humano desde una perspectiva que considere la interacción entre el sistema nervioso, el cuerpo y el entorno sociocultural. Según Méndez Paz (2015), la mente humana no puede entenderse si se la aísla de estos elementos. El cerebro es un órgano biológicamente determinado, pero sus funciones se expresan y moldean a través de su relación con el cuerpo y con la cultura en la que ese cuerpo se desarrolla. Esta visión recuerda las propuestas de la cognición encarnada y situada, que han ganado fuerza en las últimas décadas dentro de la psicología y las ciencias cognitivas.

Así, la mente no se reduce ni a mecanismos neuronales ni a estructuras mentales simbólicas. Es un sistema complejo que combina procesamiento implícito y automático con procesamiento explícito, consciente y autorreflexivo. Esta dualidad —que recuerda la distinción entre sistema 1 y sistema 2 de Kahneman (2011)— permite a los humanos responder de manera eficiente en lo cotidiano, pero también reflexionar, planear y reconstruir su mundo.


Más allá de las dicotomías: integración crítica y empírica

El autor critica fuertemente las posturas que, a lo largo de la historia de la psicología, han pretendido erigirse como la única explicación válida del comportamiento. Esto ocurrió, por ejemplo, con el conductismo frente a la introspección, y más tarde con la psicología cognitiva frente al conductismo. En palabras del autor, “cada aproximación ha tratado de convertirse en la única explicación válida que permitiría dar cuenta de todo el comportamiento, denigrando y excluyendo al resto de perspectivas y metodologías” (Méndez Paz, 2015, p. 17).

Frente a ello, la propuesta de Pensar la psicología es avanzar hacia un modelo integrador, pero no ecléctico. Es decir, no se trata de sumar teorías sin criterio, sino de articular sus aportaciones dentro de un marco coherente y contrastado empíricamente. Esta idea se alinea con lo que Gooding (2004) denomina la “ciencia como una fuente de nuevas formas de describir y entender tanto al mundo como a nosotros mismos”.

El rol activo del sujeto y la crítica al reduccionismo

Méndez Paz recupera una idea fundamental: el ser humano es un sujeto activo, no una mera tabla rasa ni una máquina de estímulo-respuesta. El sujeto interpreta, anticipa, representa y actúa sobre su entorno con base en su historia personal, su estructura biológica y su marco cultural. Esta afirmación desafía dos grandes supuestos del conductismo clásico: el ambientalismo radical y el carácter pasivo del organismo.

El autor analiza críticamente los experimentos clásicos del aprendizaje (como el condicionamiento operante y clásico) y muestra cómo los datos empíricos han desmentido algunas de sus premisas, como la idea de la equipotencialidad de los estímulos o la contigüidad como requisito suficiente para el aprendizaje (García y Koelling, 1966; Rescorla, 1968; Kamin, 1969). Lejos de rechazar al conductismo por completo, sugiere que sus aportaciones deben ser reinterpretadas a la luz de nuevas evidencias y marcos teóricos más amplios.

Psicología: ciencia del comportamiento y del conocimiento

El libro hace una reivindicación importante: la psicología no solo estudia la conducta, sino también los procesos internos que la generan. Es decir, estudia el comportamiento humano en su dimensión física, mental, emocional y social, lo que la convierte en una ciencia de frontera, en constante diálogo con disciplinas como la biología, la filosofía, la lingüística, la sociología o la antropología.

Al tratar de explicar por qué hacemos lo que hacemos, la psicología nos brinda herramientas para mejorar nuestra autonomía personal, comprender mejor a los demás, y fomentar relaciones más equitativas y conscientes. Por ello, pensar la psicología es también pensar una forma de emancipación humana, en la medida en que nos permite tomar conciencia de los determinantes —muchas veces ocultos— de nuestras acciones.

✍️ Conclusión

Pensar la psicología es más que un libro de teoría: es un llamado a asumir el pensamiento como una práctica deliberada, crítica y transformadora. Nos recuerda que la ciencia no es una acumulación de datos, sino una herramienta para comprender mejor la vida humana. Y en un mundo donde la salud mental se ha convertido en una prioridad global, esta reflexión resulta más urgente que nunca.

📚 Referencias 

Gooding, D. (2004). Ciencia e intuición. Universidad Nacional Autónoma de México.
García, J., & Koelling, R. (1966). The relation of cue to consequence in avoidance learning. Psychonomic Science, 4(1), 123–124.
Kahneman, D. (2011). Thinking, fast and slow. Farrar, Straus and Giroux.
Kamin, L. J. (1969). Predictability, surprise, attention, and conditioning. In B. A. Campbell & R. M. Church (Eds.), Punishment and aversive behavior (pp. 279–296). Appleton-Century-Crofts.
Méndez Paz, C. (2015). Pensar la psicología. Siglo XXI Editores.
Pozo, J. I. (2001). Adquisición de conocimiento. Morata.
Rescorla, R. A. (1968). Probability of shock in the presence and absence of CS in fear conditioning. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 66(1), 1–5.


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