lunes, 12 de mayo de 2025

El Impacto de la Pandemia de COVID-19 en la Formación Docente en TIC Para la Educación a Distancia



Texto publicado en 2022 por parte de la Red Durango de Investigadores Educativos A.C. (ReDIE)
Puede acceder al articulo y a la totalidad del libro en el siguiente enlace 


Resumen

 
Las Tecnologías de la Información y Comunicación han revolucionado al mundo y las instituciones educativas no son la excepción a esta transformación. Hoy es más que evidente que son una herramienta complementaria en las organizaciones educativas y en la labor docente pero la realidad nos señala que estas no son aprovechadas debido al desconocimiento acerca de sus posibilidades didácticas y tradicionalismo. La escuela debe de ofrecer una respuesta ajustada a la situación de la crisis sanitaria generada por el COVID 19 que ha orillado al establecimiento de una educación a distancia en todos los niveles educativos utilizando principalmente a las TIC. Es por ello por lo que la integración de las TIC en la educación requiere de un docente capacitado en el uso técnico y que sea competente en su labor como facilitador en línea debido a que el contexto de la educación a distancia obliga al adiestramiento y transformación del docente que vincule su conocimiento metodológico y pedagógico a las TIC, así como incluirlas en los procesos de enseñanza-aprendizaje con la intención de mejorar su práctica y ofrecer un servicio con calidad e innovación ante la situación sanitaria global que la humanidad está experimentando.
 
Palabras clave: Competencias, COVID 19, Formación Docente
 
 
Introducción
Las tecnologías de la Información y la Comunicación aplicadas en la educación pueden resultar herramientas muy útiles y accesibles ya que permite a docentes y estudiantes experimentar una nueva forma de comunicación y de innovación en el proceso enseñanza aprendizaje y es por ello por lo que representa un reto para las instituciones educativas.
Imbernón (citado por Jiménez Puello, 2015) afirma que “no se puede mejorar la calidad de la enseñanza y aprendizaje sin asegurar una buena formación y actualización permanente de los docentes” con el afán de evitar la Brecha Digital Cognitiva la cual se relaciona con las diferencias en la capacidad de asimilar y utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los niveles de formación y capacidad tecnológica que posee cada sujeto.
Así mismo, Tiana Ferrer (2011) expone que “la formación del profesorado, tanto inicial como permanente, es considerada hoy en día un factor fundamental para el progreso de los sistemas educativos y la mejora de la calidad de la educación” debido a que, según Cabero (2003) “la llegada de las tecnologías de la información y la comunicación al sector educativo viene enmarcada por una situación de cambios (cambios en los modelos educativos, cambios en los usuarios de la formación, cambios en los escenarios donde ocurre el aprendizaje…), que no pueden ser considerados al margen de los cambios que se desarrollan en la sociedad relacionados con la innovación tecnológica, con los cambios en las relaciones sociales y con una nueva concepción de las relaciones tecnología- sociedad que determinan las relaciones tecnología- educación”.
La Pandemia del COVID-19 ha orillado a las organizaciones educativas a adaptarse a un nuevo paradigma en el proceso de enseñanza-aprendizaje, abriendo nuevas metodologías y roles para el docente el cual debe de estar consciente de la necesidad de su formación y capacitación en el uso de las TIC y como estas las puede utilizar en sus actividades y complementar su labor con el uso de las funcionalidades que estas le ofrecen ante la situación sanitaria actual que está aconteciendo a nivel global.
En las últimas décadas han causado cambios en diferentes aspectos de la vida humana en los contextos social, laboral y por supuesto, en la educación, las cuales se han hecho fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje haciendo que los sistemas educativos afronten muchos retos y desafíos debido a la transformación que está experimentando la educación.
Sin embargo, a pesar de que las TIC son una realidad en las aulas, son un recurso desaprovechado por diversos obstáculos entre los que destacan las dificultades devenidas por las organizaciones escolares poco flexibles y sin capacidad de adaptación a los cambios originados por las TIC, la falta de infraestructura tecnológica, la falta de cultura y alfabetización digital aunque la más destacable, es la escasa o inadecuada formación docente para la implementación de las TIC en el sistema educativo.
Las TIC ahora son fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, dado que mediante estas herramientas el docente tiene la oportunidad de crear un ambiente propicio y enriquecer los conocimientos de los estudiantes en el contexto educativo y es
 por ello por lo que el docente ante este nuevo paradigma debe modificar el proceso de enseñanza- aprendizaje a través de metodologías y adoptar nuevos roles.
Adell (1997) expresa que la misión del profesor en entornos ricos de información es la de facilitador, de guía y consejero sobre fuentes apropiadas de información, la de creador de hábitos y destrezas en la búsqueda, selección y tratamiento de información. El cambio de rol del docente en entornos en línea se fundamenta en dos dimensiones básicas de formación: las actitudes, las cuales influyen en la introducción misma de las TIC en el campo educativo las cuales deben ser positivas ya que a través de estas se pueden promover y de lo contrario se generan más resistencias a estas.
La otra dimensión es, las competencias, que se exigen y esperan para ejercer su labor. Ante la pandemia del COVID-19 se revolucionó la forma de impartir docencia que impactó en la enseñanza- aprendizaje aplicando lo que Cabrales Et al. (2020) denomina enseñanza de emergencia a distancia la cual es una estrategia de trasladar a un medio virtual la acción educativa que originalmente estaba pensaba para una modalidad presencial trasladando la enseñanza y atención centralizada en el alumno por lo cual se requiere de un docente que adquiera los conocimientos sobre las TIC pero que también incorpore estas herramientas a su labor y en su práctica pedagógica.
La mayoría de los docentes son inmigrantes digitales y no tienen la certeza de cómo integrar las TIC en su labor debido a que no poseen los conocimientos técnicos para el manejo de las tecnologías más actuales en el ámbito educativo o no disponen de información sobre las ventajas que las TIC ofrecen en los procesos educativos y de las posibilidades que disponen para complementar su trabajo. Las TIC no deben ser una herramienta más al servicio de la metodología tradicional, debe representar lo que es: innovación en la educación.
Toda innovación o mejora educativa requiere que los docentes asuman un rol activo en su implementación, aunque estas no siempre pueden incorporarse con facilidad y las TIC han orillado a la formación profesional del docente brindando la oportunidad de capacitarlo en distintas áreas de educación para que sean partícipes y adquieran las competencias necesarias para el manejo de las herramientas tecnológicas así como el conocimiento de las posibles aplicaciones didácticas haciendo prioritario la formación y la capacitación permanente en las TIC.
 
Para Santiago (2009) “el docente debe desarrollar la habilidad para buscar, interpretar y discriminar información de acuerdo a las necesidades específicas de aprendizaje de sus alumnos” a lo que complementa Onrubia (2009) que “las tecnologías de la información y comunicación son consideradas como una de las vías relevantes para la innovación docente y la mejora de la calidad de la enseñanza”, comprendiendo que la utilización de las TIC son factibles y recomendados para seguir innovando y transformando la educación del Siglo XXI por ello la necesidad de transformar el trabajo metodológico y la formación docente.
Uno de los problemas que se presentan en este nuevo paradigma es la tecnofobia que en palabras de Calderón y Piñero (2004) es “el rechazo de una persona al uso de cualquier tecnología que, no habiéndola utilizado en la infancia, haya pasado a formar parte de tu vida personal y profesional” y este caso se presenta en algunos docentes que se sienten incomodos e inseguros, mostrando desinterés, desinformación y prejuicios y están acostumbrados a una orientación de educación tradicionalista de ser el poseedor y distribuidor del conocimiento lo cual dificulta su transformación al de facilitador de procesos educativos, de guía, asesor y tutor. Estos cambios le suponen al docente incertidumbre y aun no visualiza a las tecnologías como un aliado en el cual apoyarse en el proceso de adaptación del nuevo contexto socio educativo, sino que las percibe como otro elemento desestabilizador en su desempeño laboral.
Señala García Vera (1994) que las competencias docentes deben estar orientadas a favorecer el uso de las herramientas tecnológicas e incluir la “capacidad para diagnosticar, reflexionar y debatir, tomar decisiones, controlar y evaluar la práctica, así como poseer un conocimiento técnico sobre los recursos tecnológicos” y es por ello que se necesita que el docente sea reflexible y tenga la intención de adaptarse a los cambios que acontecen en nuestra sociedad y en lo que le compete que es el sector educativo.
Las instituciones educativas deben afrontar el reto que representa incorporar a la formación del docente nuevas competencias que implican el uso de las TIC en la enseñanza y aprendizaje, integrando esos aspectos al logro de los propósitos pedagógicos y es por ello por lo que la formación del docente y la adquisición de los conocimientos para una buena práctica y manejo de las TIC en el aula, coinciden en lo que plantea Cabero (2004), el docente debe poseer los siguientes conocimientos:
 
Instrumental: debe poseer las competencias mínimas para el manejo instrumental de las diferentes TIC; Semiológica/Estética el docente debe tener la capacidad de la decodificación de mensajes que usan las TIC; Curricular debe visualizar a las TIC como un medio para el alcance de objetivos curriculares propuestos; Pragmática las diferentes acciones que proponen el hacer uso de las TIC, permiten la obtención de una serie de productos sociocognitivos diferenciados.
Psicológica las TIC si desarrollan habilidades cognitivas específicas, se convierten en un recurso de enseñanza- aprendizaje; Productora/Diseñador el docente debe convertirse en productor de las TIC. El inicio se va marcado por el consumismo; sin embargo, debe alcanzarse el ideal de producción; Selección/Evaluación el docente debe convertirse en un curador de contenidos, propio de una selección y evaluación de las TIC; Critica es un recurso realista, que lleva a la educación a alinearse a la perspectiva de la nueva sociedad del conocimiento.
Organizativa no solo existe el recurso, las TIC nos muestran una gama de estrategias que permitirán que el docente organice los contenidos para una mejor obtención de resultados y se convierten en un recurso aliado para el docente y la creación de nuevos espacios formativos, negando el rechazo y permanente sumisión; Investigadora no solamente se convierte en un recurso para obtener resultados, sino para la obtención de los mismos y Comunicativa: Se establecen diferentes modelos de comunicación sincrónica y asincrónica, creando diferentes escenarios de comunicación con las TIC.
Rodríguez y Pozuelos (2009) exponen que el docente está necesitando de una formación específica que le capacite para hacer frente a estos nuevos desafíos y que a su vez le ayude a realizar esta adaptación y ajuste al nuevo modelo de la sociedad. La formación docente enfocada a la integración de las TIC en el aula debe ser capaz de generar competencias tanto en los aspectos técnicos, como pedagógicos y metodológicos de estas nuevas herramientas, ya que sin esa combinación las posibilidades de las tecnologías se ven notablemente reducidas.
Según Álvarez et al. (2019) y Delgado Et al. (2018) los docentes deben adquirir cinco competencias para desempeñarse adecuadamente en la educación a distancia, la primera de ellas es la Competencia Tecnológica la cual es la capacidad para seleccionar
 
y utilizar de forma pertinente, responsable y eficiente una variedad de recursos y herramientas tecnológicas, la segunda es la Competencia Pedagógica la cual es la capacidad de utilizar las TIC para fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, la tercera es la Competencia Comunicativa que se entiende como la capacidad para expresarse, establecer contacto y relacionarse en espacios virtuales y audiovisuales a través de diversos medios y con el manejo de múltiples lenguajes, de manera sincrónica y asincrónica.
Quizás las capacidades más importantes que debe poseer el docente son las relacionadas es la Competencia Investigativa pues debe de desarrollar el aspecto investigativo que le permita manejar eficientemente los cambios tecnológicos que se producen para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje y la Competencia de Gestión en la cual debe poseer la capacidad de utilizar las TIC en la planeación, organización, administración y evaluación de manera efectiva en el desarrollo institucional, utilizando estas herramientas que le permitan optimizar tiempo y recursos impactando en la productividad usando eficientemente la tecnología.
Gallegos (1994) expone que los contenidos de capacitación para los docentes en las TIC deben preocuparse por una formación didáctico- educativa frente a la mera técnica a través de la capacitación docente a la que Harris (Citado por Delgado, 2018) contextualiza como “el conjunto de procesos sistemáticos por medio de los cuales se trata de modificar conocimientos, habilidades mentales, actitudes, con el objeto de que estén mejor preparados para resolver problemas referentes a su profesión”
El docente debe poseer competencia en el manejo técnico de la computadora, en programación básica y en el uso operativo del aparato además de al momento de implementar las TIC debe evaluar el software, las APP y la plataforma educativa para elegir la que considere que se adapta a las necesidades y características institucionales y de los estudiantes. Debe idear estrategias para la evaluación y el proceso de enseñanza- aprendizaje a los estudiantes que en esta modalidad es completamente distinto a la presencial, así como seleccionar los materiales y/o diseñarlos para transmitir el aprendizaje y saber comunicar e idear métodos de instrucción por las TIC empleando un proceso de comunicación eficiente, así como desarrollar destrezas para el trabajo colaborativo y la promoción a la resolución de problemas.
 
La educación en línea debido a las circunstancias del COVID-19 fue la única alternativa para proporcionar educación en todos los niveles educativos a través de cursos en línea, videoconferencias y la utilización de otros medios de comunicación como la radio y la televisión con el afán de mantener el contacto con los estudiantes pero tal ha sido el impacto de esta crisis sanitaria que nos ha dejado entrever que los docentes no estaban preparados para la implementación de la educación en línea evidenciando sobre la importancia y la necesidad de la capacitación y formación docente antes, durante y después de la pandemia.
Para ello en la formación docente se identifican dos modalidades: la formación Inicial y la Formación Permanente, en la primera el docente adquiere una serie de conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes que deben poseer para ejercer su labor con la calidad y la segunda se refiere a un proceso continuo de adquisición de aprendizajes que se ajusten a las necesidades para desempeñar y perfeccionar su trabajo.
La pandemia del COVID-19 ha mostrado a las instituciones educativas la necesidad de la formación de su plantel docente y de dotarlos de conocimientos de las herramientas digitales, el diseño instruccional de las plataformas en línea,             la administración del tiempo en modalidad en línea, las formas de evaluación y la creación de contenidos y si bien hay docentes dentro del plantel educativo que pueden poseer estas competencias y conocimientos en TIC, las cuales han adquirido por medio de capacitación o formaciones académicas de postgrado de manera particular, la realidad nos deja entrever que una gran parte del plantel docente carece un proceso de formación.
La situación sanitaria ha impactado tanto en el sector educativo que evidencio que en América Latina según datos proporcionados por la UNESCO (2020) solo el 75% de los docentes han sido formados para utilizar plataformas en línea y trabajar bajo esta modalidad dejando en claro que existe una escasa capacitación y formación docente en este rubro y que la mayoría de ellos requirió de tiempo para aprender y que necesitaba de apoyo en el manejo de la educación a distancia y en las TIC.
Para lograr que el docente se adapte a este tipo de trabajo es fundamental que ostente una actitud proactiva, dispuesto al autoaprendizaje y abierto a trabajar con las TIC y que afronte de una manera positiva la situación que se originó a raíz de la pandemia
 
del COVID-19 que cambio completamente la forma de ejercer su labor, incluso debe ser consciente y autocritico en su acción de catedra para detectar sus fortalezas, sus oportunidades y sus debilidades en su conocimiento y dominio hacia las TIC así como experimentar esa necesidad de actualizarse a través de cursos de capacitación y/o posgrados pero lo más importante es poner en práctica lo aprendido de ellos en referencia a las TIC pues esta formación adicional debe aportar herramientas que complementen y faciliten su ejercicio docente.
Antes de la pandemia del COVID-19 la mayoría de los docentes afirmaban que poseían las actitudes y competencias digitales necesarias para trabajar con las TIC pero esta situación demostró, que si bien ya conocían sobre las TIC, en este lapso de tiempo se ha complicado su aplicación en la educación a distancia y el docente no tiene claro la diferencia que existe entre la docencia tradicional con la docencia virtual siendo que esta última se caracteriza por un tipo de enseñanza distinto en el que el docente se convierte en un facilitador que crea y dirige ambientes de aprendizaje bajo un esquema constructivista y que acompaña al alumno constantemente promocionando la autogestión y reforzando las habilidades de autoaprendizaje.
La situación que actualmente se vive en la educación a distancia nos permite identificar que uno de los desafíos que las organizaciones educativas deben afrontar y los docentes es la de implementar y consolidar estrategias de formación en las competencias tecno pedagógicas a través de capacitación que le otorgue al docente las herramientas necesarias que apoyen su labor durante y después de la pandemia del COVID-19.
 
 
 
 
Conclusiones
Es cierto que antes de la pandemia del COVID-19, parte del plantel docente fue capacitado a través de cursos e incluso de posgrados en la materia de la educación a distancia y las TIC sin embargo se debe de hacer una evaluación para comprobar el impacto y verificar si se está aplicando lo aprendido en la práctica de su labor para que no quede solamente en contenido teórico.
 
La capacitación docente debe ser continua y detectar las necesidades de formación de acuerdo con las características institucionales y del plantel con el que se cuenta, se deben diseñar estrategias y alternativas para apoyar a los docentes con menores habilidades digitales y quienes evidencien un dominio en las TICS destacable, aprovechar su talento para apoyar al desarrollo institucional y del recurso humano con el que se cuenta.
Es fiable capacitar al plantel docente por nivel de desempeño y conocimiento (por ejemplo, quienes no tengan dominio en las TIC en un nivel básico, un nivel intermedio quienes tengan conocimiento teórico más no practico y un nivel avanzado quienes comprueben que tienen conocimiento teórico y práctico) de ahí se debe de indagar las competencias con las que cuenta el plantel docente y se debe diseñar un modelo de capacitación que visualice las competencias virtuales, las competencias pedagógico- didácticas y las competencias socioemocionales- comunicacionales y es recomendable que sea la misma institución educativa quien ofrezca este proceso de formación con el afán de generar más cohesión grupal, compromiso por parte del docente hacia su capacitación y que este se sienta identificado con su centro de trabajo.

 

Referencias

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