jueves, 29 de mayo de 2025

La Investigación-Acción Educativa: Un Camino Transformador para la Práctica Docente


Introducción

En un mundo donde los sistemas educativos enfrentan desafíos complejos y cambiantes, se hace imprescindible contar con herramientas que permitan a los docentes repensar y transformar su práctica desde un enfoque crítico, contextualizado y participativo. La Investigación-Acción Educativa (IAE) es una de esas herramientas, pues permite abordar los problemas reales del aula con el propósito de mejorar la calidad educativa de manera colaborativa.

Más allá de ser un método de investigación, la IAE es una filosofía de trabajo, un compromiso ético-político que empodera a los actores educativos para convertirse en protagonistas del cambio.


¿Qué es la Investigación-Acción Educativa?

La Investigación-Acción Educativa es una metodología de investigación cualitativa orientada a la mejora de la práctica educativa desde la propia experiencia de los actores escolares. Según Rodríguez Sosa (s.f.), esta consiste en:

"Una forma de investigación social con base empírica que se lleva a cabo con y por los participantes, con el objetivo explícito de mejorar sus prácticas, su comprensión de estas y las situaciones en que se llevan a cabo" (p. 7).

Es decir, la IAE no se limita a observar o analizar un fenómeno, sino que lo interviene, transforma y mejora con la participación activa de quienes lo viven. Se trata de una metodología que rompe con la separación entre teoría y práctica, ciencia y acción, investigador e investigado.

Raíces y evolución

La IAE encuentra sus raíces en los trabajos del psicólogo social Kurt Lewin en la década de 1940, quien propuso un modelo de investigación que integraba la planificación, acción y evaluación como un ciclo continuo. Más adelante, autores como Stephen Kemmis, Wilfred Carr, John Elliott y Lawrence Stenhouse ampliaron el enfoque al ámbito educativo, haciendo énfasis en el papel transformador del docente-investigador.

Principios y características esenciales

Entre los principios básicos de la IAE se destacan los siguientes:

Participación democrática: La investigación se realiza con los actores, no sobre ellos.
Reflexividad crítica: La práctica educativa se analiza, cuestiona y replantea a partir de la reflexión colectiva.
Transformación de la realidad: No basta con entender los problemas del aula, es necesario intervenirlos y modificarlos.
Carácter cíclico y sistemático: La IAE se desarrolla en espirales de acción-reflexión que permiten avanzar progresivamente en la mejora educativa.
Construcción colectiva del conocimiento: Los saberes de la comunidad educativa son tan valiosos como los de la academia formal.

Como señala Rodríguez Sosa (s.f.):

“El sujeto que investiga es el mismo que actúa, el mismo que reflexiona y el mismo que decide sobre las mejoras a realizar en su práctica pedagógica” (p. 9).

Fases de la Investigación-Acción Educativa

La IAE se estructura en ciclos, que no necesariamente son lineales, sino espirales y flexibles. Rodríguez Sosa (s.f.) propone las siguientes etapas:

1. Identificación del problema

Parte de una situación problemática dentro del aula o la escuela, detectada por los propios actores. No se trata de elegir cualquier tema, sino aquel que genera inquietud, malestar o necesidad urgente de mejora.

Ejemplo: un docente identifica que sus estudiantes tienen poca participación en clase y desea explorar nuevas estrategias de enseñanza.

2. Planificación de la acción

Se diseñan estrategias de intervención que respondan al problema. Esto incluye establecer objetivos, actividades, recursos, tiempos y criterios de evaluación.

Ejemplo: implementar técnicas de aprendizaje cooperativo para fomentar la participación.

3. Implementación de la acción

Se lleva a cabo la intervención educativa, procurando documentar todos los pasos del proceso con observaciones, registros, diarios, entrevistas, etc.

4. Observación sistemática

Se recopilan evidencias sobre cómo está funcionando la estrategia, qué cambios ocurren y qué resistencias o logros se presentan.

5. Reflexión y evaluación

Se analizan los resultados, se identifican logros y dificultades, y se decide si es necesario repetir el ciclo con ajustes.

Este proceso no termina con una sola intervención. Por el contrario, da pie a nuevas preguntas, lo que convierte a la IAE en un proceso continuo de mejora y transformación

Ventajas y aportaciones de la IAE

La Investigación-Acción Educativa ofrece múltiples beneficios:

Empodera a los docentes: Los convierte en investigadores activos y constructores de saberes sobre su práctica.

Responde a contextos específicos: No aplica soluciones genéricas, sino que se adapta a las realidades concretas de cada comunidad escolar.

Fortalece el trabajo colaborativo: Promueve la participación de todos los actores, creando comunidades de aprendizaje profesional.

Genera conocimientos aplicables: Produce teorías prácticas que pueden ser útiles para otras escuelas en contextos similares.

Además, permite superar la lógica de imposiciones externas en materia educativa, fomentando una autonomía pedagógica comprometida y crítica.

Retos y consideraciones éticas

Implementar procesos de IAE no está exento de desafíos. Algunos de los más comunes son:

Falta de tiempo y recursos: La sobrecarga administrativa y docente puede dificultar la dedicación requerida para investigar.

Resistencia al cambio: A veces los colegas o autoridades educativas muestran desconfianza hacia metodologías no tradicionales.

Necesidad de formación: No todos los docentes tienen experiencia previa en investigación.

Es fundamental asumir el compromiso ético de trabajar con respeto, transparencia y horizontalidad, cuidando la confidencialidad y la integridad de los participantes.

Aplicaciones reales y contexto mexicano

En México, la IAE ha cobrado fuerza especialmente en proyectos de formación continua docente, educación indígena, evaluación formativa, innovación didáctica y construcción de comunidades de aprendizaje. Diversas universidades y colectivos han impulsado líneas de trabajo basadas en este enfoque, reconociendo que las mejores soluciones educativas nacen desde la escuela misma.

En este sentido, la IAE no solo responde a problemas pedagógicos, sino que también permite resistir lógicas tecnocráticas y promover una educación humanista, situada y emancipadora

Conclusión

La Investigación-Acción Educativa representa un enfoque poderoso para repensar la educación desde una perspectiva ética, crítica y transformadora. Al articular la reflexión con la acción, permite a los actores educativos construir respuestas innovadoras a los desafíos que enfrentan, fortaleciendo su autonomía profesional y su compromiso con una educación de calidad y con sentido social.

Como educadores, estamos llamados no solo a reproducir conocimientos, sino a cuestionar nuestras prácticas, colaborar con otros y transformar nuestras escuelas en espacios vivos de aprendizaje y justicia

Referencia

Rodríguez Sosa, J. (s.f.). La investigación acción educativa. ¿Qué es‽ ¿Cómo se hace‽ [Archivo PDF].












 

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